Porque ser mamá es un derecho de todas las mujeres, decidir cuándo queremos serlo también lo es. La vitrificación o congelación de óvulos es la mejor opción para aquellas mujeres que quieren conservar su fertilidad actual y poder ser madres más adelante, cuando ellas quieran.
En España, la edad media actual en la que las mujeres son madres por primera vez se sitúa en los 32 años. Los estudios universitarios y la vida laboral son los motivos más comunes por los que las mujeres retrasan su maternidad. Y aunque todas tenemos derecho a decidir en qué momento de nuestras vidas queremos ser madres, también debemos tener en cuenta que cuantos más años esperemos, más dificultades nos encontraremos en nuestro camino.
A partir de los 30 años, y especialmente a partir de los 35, nuestra fertilidad se va reduciendo y debemos ser conscientes de ello. Cada vez más mujeres y parejas recurren a los tratamientos de reproducción asistida, no por tener algún problema de fertilidad diagnosticado, sino porque por su edad les resulta más difícil quedar embarazadas. Pero existe una alternativa muy eficaz, la congelación de óvulos: una práctica cada vez más recurrente entre las mujeres jóvenes de nuestro país, que quieren posponer su momento de ser madres.
La vitrificación o congelación de óvulos es un tratamiento de prevención que nos permite conservar nuestra fertilidad actual. Se extraen algunos óvulos de nuestro cuerpo para congelarlos en su estado óptimo y poder utilizarlos en el momento que se desee, sin que éstos óvulos hayan perdido su efectividad con el paso de los años.
Tenemos que puntualizar que la congelación de óvulos no es lo mismo que la vitrificación, aunque las dos fórmulas hagan referencia al mismo tipo de tratamiento. La congelación de óvulos existe desde hace varios años, pero actualmente el tratamiento utilizado es la vitrificación. La diferencia principal es el modo de congelación de los óvulos: en la congelación de óvulos, las células de éstos se van enfriando poco a poco, hasta lograr su congelación y conservación. En cambio, la vitrificación de óvulos es mucho más efectiva, ya que el punto de congelación óptimo de los óvulos se produce de forma inmediata. Actualmente, el único tratamiento para preservar la fertilidad de una mujer es a través de la vitrificación de óvulos y no de la congelación.
El proceso de vitrificación de óvulos es relativamente sencillo y se realiza en 3 pasos:
Antes de empezar la vitrificación de óvulos se realiza un seguimiento del ciclo menstrual, a través de controles ecográficos, para poder conocer el estado de los óvulos. Si el equipo médico lo ve necesario, la mujer deberá tomar medicación hormonal durante unos días. De esta forma, se estimulan los óvulos para que éstos alcancen el grado de maduración más óptimo.
Cuando los óvulos alcanzan su maduración se realiza una punción ovárica en quirófano. En esta intervención quirúrgica, se da a la paciente una anestesia de tipo sedación, para aspirar y extraer todos los óvulos maduros, que suelen ser alrededor de unos 15-20.
Una vez obtenidos los óvulos, se procede a su vitrificación. Este paso consiste en sumergir los óvulos en nitrógeno líquido, a -196 oC, los cuales se mantendrán con la misma calidad que en el momento de ser congelados, sin que el paso de los años les haga perder su efectividad. Éstos óvulos se conservan en la clínica de fertilidad hasta que la paciente decida utilizarlos para ser madre.
Aunque toda mujer puede congelar sus óvulos cuando quiera, sí existen algunas indicaciones y casos en los que es más recomendable:
Si estás interesada en la vitrificación de óvulos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros o solicitar una primera visita gratuita y sin compromiso. La prevención es el mejor método para lograr un embarazo efectivo y saludable y desde EasyFIV estaremos a tu lado para ganarle la batalla al reloj biológico.
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