No estamos hablando de una cuestión económica. Es un asunto de cobardía política
Desde hace bastante tiempo la clase política españoles ha llegado a la conclusión de que la diferencia entre el permiso de maternidad (16 semanas, parte de ellas transferibles) y el de paternidad (dos semanas) es un anacronismo a erradicar. Que la natalidad, la productividad laboral, el presupuesto para escuelas infantiles y la igualdad entre hombres y mujeres mejorarían de ampliarse el permiso paternal, como marca la ley.
En 2009 se aprobó la ley que amplía el permiso de paternidad de dos a cuatro semanas, que debía entrar en vigor el 1 de enero de 2011. 365 días después, en 2012, los partidos aprobaron por unanimidad una propuesta no de ley para “avanzar hacia la equiparación de los permisos de nacimiento, adopción y acogimiento entre ambos progenitores de forma que ambos cuenten con el mismo periodo personal e intransferible”. La triste realidad es que ni una ni otra propuesta se ha puesto en marcha. Año tras año, el Gobierno se ha escudado en la crisis para incumplir la reforma.
Un análisis detallado de los datos indica que el descenso de la natalidad en España de los últimos años ha supuesto un considerable ahorro en permisos de maternidad y de paternidad, lo que permitiría financiar al menos parte de la ampliación del permiso de paternidad que fija la ley.
Las prestaciones por maternidad no han dejado de caer en los últimos cuatro años, según los datos que publica el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. En concreto, desde enero de 2011 a diciembre de 2014, el Estado se ha ahorrado más de 500 millones en prestaciones de maternidad y paternidad debido al descenso de la natalidad. Y es que, frente a los 1.829 millones de euros que dedicó el Estado a esa partida en 2011, en 2013 solo fueron 1.609,9 millones y descendieron hasta los 1.585,6 millones en 2014
No estamos hablando de una cuestión económica. Es un asunto de cobardía política. Puede que las empresas se asusten al principio, pero equiparar progresivamente los permisos de los dos progenitores es una medida que favorecería la conciliación y por tanto la productividad. Además, los empresarios podrían escoger al mejor sea hombre o mujer, no al que menos tiempo va a ausentarse de su puesto
La idea es que a los empresarios les resulte prácticamente igual de costoso contratar a un hombre joven que a una mujer, porque saben que ambos van a disfrutar de un mismo permiso el día que tengan hijos.
En países como Islandia o Suecia sin embargo, han observado que la implantación de estos permisos ha generado un cambio cultural en muchos hombres, al ocuparse durante un tiempo y en exclusiva del cuidado de un bebé y de una casa y al crecer los niños en una sociedad en la que ven a los padres también como cuidadores.
Desde EasyFIV se piensa que va siendo hora de aumentar las partidas económicas que ayudan a la paternidad pues, aparte de los derechos de la mujer, la inversión en futuro es una de las políticas más rentables para una sociedad que no quiera, al pasar de los años, buscar salidas donde pudo haber puesto soluciones.
Clínica fertilidad Madrid C. de Joaquín María López, 44, 28015 Madrid
Clínica fertilidad Barcelona C/ Horaci, 9, bajos. 08022 Barcelona