Los ginecólogos y médicos especialistas en medicina reproductiva deben hacerse cargo de los aspectos médicos y técnicos del tratamiento y, aunque su trabajo tiene mucha importancia e intensidad emocional, no disponen de suficiente tiempo ni experiencia para abordar ciertas dudas y dificultades psicológicas que frecuentemente surgen durante los tratamientos de fertilidad.
Los ginecólogos y médicos especialistas en medicina reproductiva deben hacerse cargo de los aspectos médicos y técnicos del tratamiento y, aunque su trabajo tiene mucha importancia e intensidad emocional, no disponen de suficiente tiempo ni experiencia para abordar ciertas dudas y dificultades psicológicas que frecuentemente surgen durante los tratamientos de fertilidad.
El estrés y la carga emocional pueden llegar a ser tan fuertes durante el proceso de la reproducción asistida que son la primera causa de abandono de este tipo de tratamientos. Hay estudios que estiman que más del 75% de los pacientes que los abandonan, no lo hacen por un mal pronóstico médico sino por la presión psicológica a la que se ven sometidos.
Según los resultados del estudio EFESO, que valora el estado emocional de las participantes en fase de estimulación ovárica, casi 1 de cada 3 mujeres que se someten a tratamientos de fertilidad en España presentan depresión o ansiedad.
Si tenemos en cuenta toda la información de la que disponemos en la actualidad, será muy recomendable complementar los aspectos médicos con una buena atención emocional. Esta intervención psicológica debería enfocarse a disminuir no sólo el estrés asociado a la infertilidad y su tratamiento, sino también a ayudar a llevar el embarazo en las mejores condiciones emocionales posibles.
Recomendaciones:
Recomendamos realizar al menos tres citas individuales:
Primera tras la primera consulta para valorar el estado emocional inicial de la pareja y dar soporte emocional necesario para enfrentarse al proceso.
Segunda tras el diagnóstico, ya que puede haber cuestiones difíciles de asimilar. Acompañar y solucionar las dudas y dificultades concretas que surjan en función del tipo de condición y del tratamiento recomendado, ayudar a gestionar las emociones que surjan para comenzar el proceso con seguridad.
Tercera al conocer el resultado del tratamiento, debido a que es un proceso que a veces puede prolongarse en el tiempo y requerir varios tratamientos, es importante que la pareja disponga de un espacio para hablar de esto, así como ayuda para manejar sus emociones y soporte para valorar alternativas en el caso de que no pudiera conseguirse con éxito.
Complementaremos lo anterior con sesiones grupales o individuales donde expresar emociones, compartir experiencias y aprender técnicas para gestionar los estados emocionales.
Realizaremos terapia individual siempre que lo soliciten o presenten síntomas clínicamente significativos y asesoraremos ante problemas, crisis o dudas que pueden aparecer a lo largo del proceso.
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