¿El Test Genético Preimplantacional (PGT) puede dañar los embriones? Seguridad, riesgos reales y consideraciones antes de decidir
Si estás valorando una Fecundación in Vitro (FIV) con Test Genético Preimplantacional (PGT), es normal que aparezca una duda muy concreta (y muy legítima): ¿la biopsia embrionaria puede dañar el embrión y reducir sus opciones?
La respuesta honesta es esta:
el PGT es una técnica invasiva porque implica biopsia, pero en manos expertas el riesgo de daño es bajo. Y aquí viene la parte importante y bastante tranquilizadora:
con los años ese riesgo ha disminuido muchísimo, gracias a la evolución de las técnicas y a la experiencia de los laboratorios. Al mismo tiempo, hemos ganado algo clave: mejor diagnóstico. Es decir, hoy podemos tener una información más precisa para seleccionar embriones viables y genéticamente sanos, lo que en determinados casos puede ayudar a aumentar las tasas de embarazo y a reducir situaciones emocionalmente muy duras, como transferencias sin éxito o pérdidas gestacionales.
Aun así, en medicina no hay decisiones “universales”. Todo procedimiento tiene riesgos y beneficios, y la estrategia siempre es la misma: ponerlo en balance en cada caso y en cada paciente, para elegir lo que más te beneficie a ti.
En IMF Easyfiv contamos con un equipo médico y de laboratorio especializado en tratamientos de alta complejidad. La primera visita presencial es gratuita, así que puedes venir con tus pruebas y todas tus preguntas: lo revisamos contigo y lo decidimos con calma, paso a paso.
Índice
El
Test Genético Preimplantacional (PGT por sus siglas en inglés, anteriormente conocido como DGP) es un conjunto de pruebas que analizan material genético del embrión antes de transferirlo al útero, con el objetivo de reducir el riesgo de transmitir ciertas alteraciones genéticas o cromosómicas y, en determinados escenarios, ayudar a elegir el embrión con mejor pronóstico dentro del grupo de embriones disponibles.
Es importante entender una idea desde el inicio: el PGT no “cura” embriones. No convierte un embrión con alteraciones en uno sano. Su función es diagnóstica y preventiva: aporta información para tomar decisiones más fundamentadas.
Hoy hablamos principalmente de tres tipos de PGT:
- PGT-A (aneuploidías): evalúa si el embrión tiene el número esperado de cromosomas (por ejemplo, detectar cromosomas extra o ausentes). Es el más frecuente en FIV.
- PGT-M (enfermedades monogénicas): se usa cuando existe riesgo de transmitir una enfermedad hereditaria concreta (por ejemplo, fibrosis quística, Huntington o ciertas mutaciones con impacto clínico).
- PGT-SR (reordenamientos cromosómicos): indicado si uno de los miembros de la pareja tiene una alteración estructural cromosómica (translocaciones, inversiones…) asociada a abortos de repetición o fallos reproductivos.
Si te quedas con una sola frase: PGT es un paraguas de pruebas. No todas sirven para lo mismo, ni se recomiendan por los mismos motivos.
No todas las pacientes se benefician igual, y eso es una buena noticia, ya que significa que se puede personalizar. En consulta solemos valorar edad, historia reproductiva, pruebas previas, pronóstico de respuesta ovárica y objetivos (reducir abortos, evitar una enfermedad hereditaria, aumentar eficiencia del tratamiento…).
Indicaciones frecuentes para valorar el PGT:
- Cuando hay edad materna avanzada (aproximadamente a partir de 35–37 años), porque aumenta la probabilidad de alteraciones cromosómicas en embriones. En estos casos, el PGT-A puede ayudar a elegir embriones con mejores probabilidades, dentro de lo que la ciencia permite y siempre individualizando.
- Cuando existe historia de abortos de repetición o pérdidas gestacionales. Muchas pérdidas se relacionan con alteraciones cromosómicas embrionarias, aunque no siempre es la única causa.
- Cuando hay fallos de implantación o varios ciclos de FIV sin éxito. Aquí el PGT puede aportar una pieza del puzzle, aunque es importante no reducirlo todo a “genética”: influyen también el endometrio, el útero y otros factores.
- Cuando existe enfermedad genética hereditaria conocida o riesgo elevado (orienta a PGT-M) o cuando se detectan reordenamientos cromosómicos en cariotipo (orienta a PGT-SR).
Y aquí entra un punto muy humano: el PGT aporta claridad, pero también puede implicar que ese ciclo termine sin transferencia si los embriones no son aptos. A veces evitar una transferencia con alta probabilidad de fallo o aborto es una protección emocional, pero aun así conviene anticiparlo para que no te pille por sorpresa. Por eso, la decisión siempre debe ser personalizada.
Aunque cada caso se adapta, el esquema general suele ser:
- Estudio inicial de fertilidad: Ecografía, reserva ovárica (AMH, FSH, estradiol y recuento de folículos antrales), serologías, seminograma y otras pruebas si procede.
- Estimulación ovárica controlada: Medicación para obtener varios óvulos en un mismo ciclo, con controles ecográficos y hormonales.
- Punción folicular: Extracción de óvulos mediante procedimiento breve con sedación.
- Fecundación en laboratorio (FIV/ICSI): Se fecundan los óvulos y se cultivan los embriones. Para realizar un PGT, hoy en día los embriones se llevan siempre al estadio de blastocisto (Día 5-6), con el objetivo de reducir el riesgo para el embrión y aumentar las probabilidades de éxito de la prueba. Si el PGT se hiciera en día 3, el embrión aún tendría aproximadamente 8 células y sería más peligroso quitarle varias células para hacer la biopsia.
- Biopsia embrionaria (toma de células): Se extraen varias células del trofoectodermo (las que darán lugar a la placenta), evitando la masa celular interna (la que formará el feto).
- Vitrificación (congelación rápida) del embrión biopsiado: Se congela mientras se esperan resultados.
- Resultado genético + planificación de transferencia: Con el informe, se decide qué embrión transferir y cuándo, preparando el endometrio.
Sí, puede existir un riesgo porque se realiza una biopsia, pero lo más importante es el contexto: cómo se hace, cuándo se hace y quién lo hace.
Para empezar, tenemos que decir que con los años el riesgo de hacer daño al embrión ha disminuido muchísimo. Y, al mismo tiempo, hemos ganado en diagnóstico: hoy podemos identificar con más precisión qué embriones son viables y cuáles son genéticamente sanos, lo que, en casos bien indicados, ayuda a aumentar las tasas de embarazo y a tomar decisiones más seguras y con más información.
¿Por qué hoy se considera más seguro que “antes”? Porque
la biopsia más extendida se realiza en blastocisto, tomando células del trofoectodermo, lo que se considera una aproximación más segura que biopsias más tempranas.
Además, existen guías de buenas prácticas y evidencia disponible que no muestra, de forma general, un empeoramiento claro de resultados obstétricos o neonatales en comparación con FIV/ICSI sin PGT, aunque se sigue investigando para afinar aún más.
Entonces, ¿en qué casos podría dañarse un embrión? Normalmente, en situaciones donde influyen factores técnicos o de calidad: embriones más frágiles, protocolos no estandarizados, extracción inadecuada de células o variabilidad entre laboratorios. Por eso, en PGT hay algo esencial: la experiencia del laboratorio y la calidad del proceso importan muchísimo.
La conclusión práctica, sin dramatismos, es esta: el PGT no “estropea” embriones de forma habitual, pero como toda técnica médica, debe indicarse y realizarse con rigor, y siempre con una lógica de balance riesgo–beneficio para cada paciente.
En FIV con PGT, lo habitual es congelar los embriones biopsiados mientras llegan los resultados. La técnica estándar es la vitrificación, y se utiliza de forma rutinaria en reproducción asistida moderna. Hay estudios que apoyan la seguridad y efectividad de la transferencia de blastocistos vitrificados, aunque siempre pueden existir matices según protocolos y poblaciones.
Para ti, esto se traduce en algo sencillo: la vitrificación es parte del proceso, está muy optimizada, y no suele ser el principal factor limitante cuando el laboratorio trabaja con estándares altos. Además, la transferencia diferida permite preparar el endometrio con más control, lo que en muchos casos resulta práctico y beneficioso.
Para decidir bien, conviene poner en una misma balanza beneficios y límites.
Beneficios potenciales del PGT
- Reducir el riesgo de transferencia de embriones con alteraciones cromosómicas (sobre todo en PGT-A).
- Disminuir el riesgo de aborto asociado a aneuploidías (en perfiles seleccionados).
- Evitar la transmisión de enfermedades hereditarias graves (PGT-M) y apoyar decisiones reproductivas con información genética.
- En algunos casos, acortar el camino hasta un embarazo evolutivo al mejorar la selección embrionaria (siempre individualizando).
Lo que el PGT NO garantiza
- No garantiza al 100% el embarazo
- No sustituye la valoración del endometrio, el útero, la salud general ni la calidad embrionaria global.
- No elimina al 100% el riesgo genético (ninguna prueba lo hace).
¿El PGT puede causar anomalías en el embrión?
- El PGT implica biopsia, pero realizada en blastocisto y con protocolos actuales, el riesgo de comprometer el embrión es bajo en laboratorios con experiencia. Además, la evidencia disponible no muestra, de forma general, peores resultados obstétricos o neonatales frente a FIV/ICSI sin PGT, aunque se sigue investigando para afinar cada vez más.
¿Cuánto tardan los resultados del PGT?
- Depende del laboratorio y del tipo de estudio (PGT-A, PGT-M, PGT-SR). Lo habitual es recibir el informe en días o pocas semanas. En consulta te daremos un rango realista según tu caso y logística.
¿El PGT “daña” más por la biopsia o por congelar el embrión?
- En un ciclo con PGT, ambas cosas forman parte del proceso. Tanto la biopsia como la vitrificación son procedimientos muy optimizados hoy en día; la clave está en la experiencia del equipo y en los protocolos del laboratorio.
¿Se puede elegir el sexo del bebé con PGT?
- Con PGT se puede conocer el sexo cromosómico, pero en España la selección de sexo con fines no médicos está restringida por la Ley 14/2006 (solo se contempla en supuestos médicos concretos, por ejemplo para evitar enfermedades ligadas al sexo).
Si lo resumimos en una frase: sí,
el PGT puede conllevar un pequeño riesgo porque requiere biopsia, pero con técnicas actuales y en manos expertas ese riesgo es bajo, y a la vez hemos ganado muchísimo en diagnóstico y capacidad de decisión. Lo más importante es que la decisión sea personalizada, basada en tu historia clínica y en un balance claro entre riesgos y beneficios.
Y aquí queremos dejar un mensaje positivo y realista: tomar decisiones con información también es una forma de cuidarte. No estás “complicando” el proceso por preguntar o por querer entenderlo; al contrario, estás construyendo un camino más seguro, acompañado y alineado con lo que necesitas.
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__ Este artículo es informativo y no sustituye una valoración médica individual. Cada indicación de PGT debe personalizarse en consulta según historia clínica y pruebas.