La maternidad es un anhelo compartido por muchas mujeres en diferentes etapas de la vida. Sin embargo, a medida que avanzamos en edad, el reloj biológico nos recuerda constantemente que la ventana de oportunidad para concebir no es eterna. Una de las condiciones principales que más afecta a la capacidad reproductiva de las mujeres es la baja reserva ovárica. Este término puede sonar más o menos complejo, pero es crucial comprenderlo, ya que influye de manera significativa en las posibilidades de embarazo.
La realidad es que nadie se libra del envejecimiento y de la disminución de la reserva ovárica que viene con él, pero no te preocupes. En este artículo, veremos en profundidad qué es la baja reserva ovárica, cómo se diagnostica y, lo más importante, las soluciones disponibles para abordar este desafío, tanto en edad fértil como después.Para comprender cómo influye la baja reserva ovárica en las posibilidades de embarazo, es esencial comenzar por definir qué es exactamente la reserva ovárica y cuándo se considera que es baja.
La reserva ovárica se refiere a la cantidad y la calidad de los óvulos que una mujer tiene en sus ovarios en un momento dado. En otras palabras, representa el “almacén” de óvulos disponibles para la fertilización a lo largo de la vida reproductiva de una mujer.
Así pues, cuando hablamos de baja reserva ovárica, nos referimos a una disminución significativa en la cantidad y calidad de los óvulos. Por lo tanto, una reserva ovárica baja puede influir en la capacidad de una mujer para concebir naturalmente o a través de técnicas de reproducción asistida.
Cuando una mujer nace, cuenta con más de un millón de ovocitos, pero a medida que avanza hacia la pubertad, este número se reduce a aproximadamente 400,000. Cada ciclo menstrual subsiguiente provoca una disminución adicional en esta reserva.
Dado que la reserva ovárica desempeña un papel crucial en la fertilidad, cuanto menor sea el número de ovocitos disponibles, menor será la probabilidad de concebir.
Insuficiencia ovárica prematura: Algunas mujeres pueden experimentar un agotamiento prematuro de sus óvulos, lo que reduce su capacidad reproductiva.
Enfermedades y condiciones de salud: Problemas como la endometriosis, trastornos autoinmunes, infecciones crónicas y más, pueden afectar negativamente la reserva ovárica.
Factores genéticos: En algunos casos, los genes pueden determinar una menor cantidad de óvulos o un agotamiento más rápido de estos.
Tratamientos médicos: La quimioterapia y la radioterapia utilizadas en la lucha contra el cáncer pueden dañar los ovarios y disminuir la reserva ovárica.
Cirugías en los ovarios: Intervenciones quirúrgicas para extirpar quistes o teratomas pueden tener un impacto en la reserva de óvulos.
Estilo de vida poco saludable: El estrés, la obesidad, la anorexia y el tabaquismo también pueden afectar la reserva ovárica.
Hormona antimulleriana (AMH): La AMH se libera por los folículos ováricos y se mide en un análisis de sangre. Niveles bajos (por debajo de 0,7 ng/ml) indican una baja cantidad de óvulos.
Recuento de folículos antrales (RFA): Los folículos antrales contienen óvulos inmaduros y se pueden visualizar mediante ecografía vaginal. Un recuento entre 5 y 10 en cada ovario se considera normal.
Hormona foliculoestimulante (FSH): La FSH regula el ciclo menstrual y se mide en un análisis de sangre. Niveles elevados indican una baja reserva ovárica.
Estradiol (E2): La concentración de E2 en sangre se utiliza para evaluar el desarrollo de óvulos en el ciclo menstrual. Valores elevados pueden señalar una baja reserva ovárica.
El equipo médico de nuestra clínica de fertilidad Easyfiv IMF recomienda los tratamientos específicos basándose en varios factores, como el número y calidad de los óvulos, así como la edad de la mujer, entre otros aspectos. Los más comunes son:
La fecundación in vitro (FIV) es un procedimiento adecuado para mujeres con una baja reserva ovárica. A través de la estimulación ovárica, se busca aprovechar al máximo los óvulos disponibles, evitando la pérdida de óvulos que normalmente ocurre cada mes. Esto implica que la mujer recibe medicamentos para estimular sus ovarios, permitiendo que varios folículos ováricos se desarrollen en un solo ciclo menstrual. Posteriormente, se extraen los óvulos maduros mediante un procedimiento conocido como punción folicular.
En situaciones en las que la reserva ovárica es extremadamente limitada, es posible que se requieran varios ciclos de estimulación ovárica y acumulación de óvulos para aumentar las posibilidades de éxito en el tratamiento de FIV.
La edad de la mujer desempeña un papel importante en la calidad de los óvulos. En mujeres de mayor edad o que han probado tratamientos de reproducción asistida sin éxito, se puede considerar el diagnóstico genético (PGD/PGS). Esta técnica permite seleccionar embriones euploides, es decir, aquellos que son genéticamente normales, aumentando las probabilidades de un embarazo exitoso.
Cuando a pesar de los esfuerzos y tratamientos anteriores no se logra un embarazo deseado, se recomienda la ovodonación. En este procedimiento, la mujer recibe óvulos donados por una donante. La ovodonación ofrece altas tasas de éxito y es una opción adecuada para aquellas mujeres que tienen una reserva ovárica muy limitada.
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