6 beneficios del test genético preimplantacional (PGT) en los tratamientos de fertilidad

El Test Genético Preimplantacional (PGT) es una herramienta diagnóstica que ha transformado los tratamientos de fertilidad al permitir una evaluación genética de los embriones antes de ser transferidos al útero. Este procedimiento ofrece a las pacientes la posibilidad de seleccionar los embriones con mayor probabilidad de éxito, reduciendo riesgos como el aborto espontáneo o la transmisión de enfermedades hereditarias.

En este artículo, veremos los principales beneficios del PGT y cómo puede optimizar los resultados en tratamientos de fertilidad como la FIV convencional (fecundación In vitro sin ICSI) o la FIV + ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides). Comprender los beneficios de este test puede marcar una diferencia importante en tu proceso hacia la maternidad.

¿Qué es el Test Genético Preimplantacional (PGT)?

El Test Genético Preimplantacional (PGT) es una técnica que se utiliza en tratamientos de fertilidad como la FIV para analizar los embriones antes de su transferencia al útero.

Este test permite detectar anomalías genéticas o cromosómicas, lo que ayuda a seleccionar los embriones con mayor probabilidad de éxito. El PGT es recomendable para mujeres mayores de 35 años, parejas con antecedentes de enfermedades genéticas o quienes han sufrido abortos recurrentes. Si te interesa saber más sobre cuándo se aconseja el PGT, te recomendamos leer nuestro artículo de blog “¿Qué es el DGP y como afecta al bebé?”.

6 principales beneficios del Test Genético Preimplantacional

El Test Genético Preimplantacional ofrece importantes beneficios para los tratamientos de fertilidad, especialmente en combinación con la FIV:

1. Prevención de enfermedades genéticas hereditarias

El Test Genético Preimplantacional ofrece una solución vital para evitar la transmisión de enfermedades hereditarias graves. Al analizar los embriones en busca de mutaciones genéticas conocidas, como las que causan fibrosis quística, síndrome de Down o sordera congénita, el PGT permite seleccionar aquellos que no portan estos trastornos. Para familias con antecedentes de estas condiciones, el PGT brinda la tranquilidad de saber que los embriones transferidos tienen un riesgo significativamente menor de desarrollar estas enfermedades, mejorando la calidad de vida futura del niño y eliminando la carga emocional que supone el riesgo de transmisión.

2. Mejora en la tasa de éxito de implantación

La selección de embriones genéticamente normales mediante el PGT aumenta considerablemente las tasas de éxito en los tratamientos de fecundación In vitro (FIV). Esto se debe a que los embriones con anomalías cromosómicas tienen menos probabilidades de implantarse correctamente en el útero, lo que reduce las posibilidades de embarazo. Al elegir solo los embriones sanos, las probabilidades de éxito de la implantación aumentan, lo que reduce la necesidad de realizar múltiples ciclos de tratamiento y mejora la tasa general de éxito del embarazo.

3. Menor riesgo de aborto espontáneo

Uno de los principales factores detrás de los abortos espontáneos son las anomalías cromosómicas en el embrión. El PGT permite detectar estas anomalías antes de la implantación, lo que evita la transferencia de embriones que podrían no desarrollarse correctamente. Esto no solo disminuye el riesgo de aborto, sino que también proporciona mayor estabilidad emocional a las parejas que han experimentado pérdidas anteriores, ayudándoles a atravesar el proceso de fertilidad con más confianza.

4. Optimización en la selección del número de embriones a transferir

El PGT facilita la selección de los embriones euploides, permitiendo a los especialistas transferir un solo embrión con alta probabilidad de éxito. Esta optimización reduce el riesgo de embarazos múltiples, que en ocasiones pueden acarrear complicaciones adicionales tanto para la madre como para los bebés. De esta manera, el PGT contribuye a embarazos más seguros y saludables.

5. Reducción del tiempo necesario para lograr el embarazo

Al garantizar que se transfieren solo los embriones más viables desde el primer intento, el test genético preimplantacional reduce el número de ciclos de FIV necesarios para lograr un embarazo exitoso. Esto disminuye el tiempo total del tratamiento, pero además, también ahorra esfuerzo emocional y físico, al evitar múltiples intentos fallidos, lo que es especialmente importante para las parejas que han estado tratando de concebir durante mucho tiempo.

6. Ahorro en costes a largo plazo

Aunque el PGT puede aumentar el coste inicial del tratamiento de fertilidad, en el largo plazo puede resultar en ahorros significativos al reducir la necesidad de múltiples ciclos de FIV y transferencias. Al asegurar que solo se transfieran embriones genéticamente sanos, las tasas de éxito aumentan, minimizando los costes asociados con ciclos adicionales de fecundación o procedimientos adicionales para tratar complicaciones.

¿Cómo se integra el PGT con otros tratamientos de fertilidad?

El Test Genético Preimplantacional se utiliza junto con técnicas de fertilidad avanzada como la fecundación in vitro para mejorar los resultados del tratamiento. En un ciclo de FIV, los óvulos se extraen y se fecundan en el laboratorio.

En este punto, el PGT entra en acción, permitiendo analizar los embriones para detectar anomalías genéticas antes de ser transferidos al útero. Esta combinación maximiza la probabilidad de éxito, reduciendo el riesgo de aborto espontáneo y de enfermedades genéticas graves.

Tras realizar el ICSI, que implica la inyección directa de un espermatozoide en el óvulo, el PGT permite evaluar la viabilidad genética del embrión resultante, asegurando que solo aquellos con cromosomas normales sean transferidos. Esto es especialmente beneficioso para parejas con antecedentes de fallos repetidos en FIV o abortos recurrentes, así como para personas de edad materna avanzada.

El PGT también se utiliza en combinación con la transferencia de embriones congelados, lo que permite que los embriones sean congelados y transferidos en el momento óptimo para la implantación, mejorando las tasas de embarazo.

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